Si el Padre no nos amara no hubiera enviado a su hijo unigénito a morir por nosotros, porque nos ama y quiere que vivamos reconciliados con Él, nos espera en el Reino Celestial, cada ser humano es un ser preciado para el Señor, porque quiere que regresemos a sus brazos de amor, por eso cada día nos brinda la oportunidad de volver a vivir bajo la gracia de Dios. Podemos imaginar por un momento todo el amor inmensurable que Cristo nos tiene al dar su vida por nosotros, ni la muerte lo hizo olvidar su plan de rescate, su plan de amor y salvación.

En ocasiones nos vamos desviando del camino, sentimos que la vida no nos trata bien, que Dios se olvidó de nosotros, pero no es así, tenemos un Padre misericordioso deseoso por acobijarnos bajo sus brazos divinos, de socorrernos, de enderezar nuestro camino, solo falta que se lo permitamos.

Quizás nosotros somos los que nos estamos olvidando de Dios, los que estamos impidiéndole el paso a nuestras vidas. No le bloqueemos más el paso a Dios pues hacerlo es como sabotear nuestras propias vidas, dejémonos transformar con su amor, como lo dice Romanos 8:32 "si Dios envió a su propio hijo (Jesús) en sacrificio por nuestra redención, ¿Cuántas más cosas hará por nosotros?" Dios quiere salvarnos, dejémoslo actuar en nuestras vidas.

Dios te Bendiga.